El Caos

El término “caos” se originó en la lengua griega. Procede de χάος o “khaos” que en la mitología griega simbolizaba el abismo que antecedió a la creación del mundo, donde reinaba el desorden y la oscuridad. Para los filósofos griegos el caos era una masa informe. El filósofo Anaximandro decía que el principio de todo lo creado era lo indeterminado o caos, una sustancia invisible y carente de forma de donde todas las sustancias naturales, como la tierra, el agua y el fuego se derivarían.

Usualmente se refiere a los acontecimientos aparentemente aleatorios, es decir, los que ocurren sin un orden; este uso parecería ser inamovible, al menos a primera vista. Un proceso caótico puede parecer aleatorio (al azar, sin orden), pero el análisis total del proceso lleva a distinguir algunos episodios ordenados (que dejan de ser caóticos), entremezclados con otros aleatorios (de los que quizá sólo se desconocen, de momento, las reglas que establecen su causalidad). Sin embargo, la teoría del caos se centra en la noción de que el análisis de lo aparentemente impredecible conduce al esclarecimiento de un orden. El caos es determinable, y no es aleatorio porque tiene un orden subyacente.

Por siglos o milenios atrás y aun en la mitología aparecen la idea de “caos en el universo” que necesita como una fuerza actuante del orden para luego pasar al desorden y así sucesiva­mente. Por lo expuesto anteriormente se puede deducir que el caos pertenece a un sistema determinado con fuerzas, condiciones iniciales, situaciones respectivas las cuales son capaces de ser calculadas para encontrar una solución de conocimiento. Por lo general, dentro del concepto del caos se incluye la participación del azar. De una u otra manera en este concepto opera la necesidad y fuerza de razonamiento para cono­cer, describir los sistemas físicos que operan en el macro y micro universo y que nos llevan a entender el caos determinista.

Volviendo al término científico de “caos”, éste se refiere a un desorden y a una interco­nexión subyacente en que se manifiestan acontecimientos aparentemente aleatorios, pero con tendencias a la generación del orden, a partir del desorden impredescible, sin organización y por lo tanto con un comportamiento no determinista, no lineal, aparentemente no perió­dico (aperiódico) e inestable. Aquí podría pensarse si en las ciencias exactas no se presenta la estabilidad, la periodicidad y el equilibrio; la respuesta es ambigua puesto que hoy día en las mismas matemáticas cabe lo “caótico”. ¿Cómo puede ser posible que del determinismo matemático se produzca aleatoriedades?; he aquí también el hecho de que el caos se presente cuando la complejidad aparece y la organización sistemática se disipa para llegar al cálculo de probabilidades, en un campo indeterminado. Por lo tanto la respuesta sería afirmativa pues para enunciar la sola potencialidad de “espacio tiempo” en sus distintas escalas te­nemos que significar con un simple signo para simplificar todo el pensamiento abstracto y complejo; además ya se ha creado la nueva matemática y estadística compleja, más allá del campo euclidiano con ecuaciones no lineales, no predescibles, con múltiples variables, en un continuo.

La ciencia o teoría del caos se centra en los modelos subyacentes que aparecen ocultos, en los matices, en la sensibilidad de las cosas y en las “reglas” sobre cómo “lo impredecible conduce a lo nuevo” (Briggs y Peat, 1999). Esta teoría intenta comprender los movimientos y los modelos complejos de todo tipo que entienden un “cambio del orden al desorden y al caos con sus diferentes clases de órdenes estables que devienen inestables produciendo turbulen­cias y/o vórtices con un aparente desorden”, y, que, al mismo tiempo opera un modelo sub­yacente y cambiante; es decir, es una secuencia de fenómenos que se interrelacionan los que son estudiados a distintas perspectivas, (op. cit. Briggs y Peat). De ahí también que se hable del “caos determinista” para explicar muchos fenómenos que se suceden en la naturaleza y en experimentos controlados en laboratorio, caracterizados por tener un comportamiento que no todo puede ser descrito por leyes matemáticas sencillas. De ahí que se hable de fenómenos caóticos cuya evolución es esencialmente determinista, y, a la vez cómo del caos se determi­na el orden. Aquí recordemos que dentro de las leyes de la naturaleza está el desorden y el orden, el caos y la organización; aquí hay que hacer énfasis a que el caos pertenece a la ley entrópica y por consecuencia al desorden ya mencionado.

Cuando nos referimos a la palabra determinismo” lo estamos haciendo a una causalidad que implica también un posible predecir el futuro de un sistema conocido en un momento dado y de las condiciones o elementos que la constituyen. De aquí se parte también a las ecuaciones que se crean en la física para expresar leyes, equilibrios, procesos dinámicos, relaciones causales precisas y variables.




Comentarios

Entradas populares